miércoles, 11 de febrero de 2015

EL HORTELANO Y SUS SEMILLAS

Este artículo que me ha enviado un vecino de nuestro pueblo, con su permiso, quiero publicarlo íntegro. En el nos refleja ni más ni menos que el desencanto político que existe, tanto en nuestro pueblo como en toda nuestra nación. Solo quiero decirte una cosa amigo Manuel, por esto y otras muchas formas de pensar de nuestros vecinos y vecinas de este pueblo, estoy yo aquí. Para que con mi esfuerzo y el de todas las personas que me acompañan trabajando día a día desde nuestro partido, podamos revertir ese pensamiento que llevas grabado a fuego en tu cuerpo y en tu cabeza. 

No puedo estar más de acuerdo contigo en que muchas personas que se meten en políticas, no vienen con el pensamiento y el convencimiento de servir a los demás y sobre todo el de ayudar a levantar nuestro pueblo. Muchos de estos políticos que han pasado por nuestro pueblo llegaron con la idea de beneficiarse personalmente, o a familiares, de hacer pagar rencillas personales, o simplemente por decir hasta aquí he llegado. Creeme amigo Manuel que nosotros no llegamos con la idea de lucrarnos, de vengarnos o de poseer un sillón como muchos piensan. Estamos convencidos de que con esfuerzo y trabajo, que digo muchísimo trabajo podemos darle otra imagen de bienestar y de gozo a todas las personas que como tú y como yo amamos a nuestro pueblo.

No quiero alargarme, quiero de verdad darle difusión a tu artículo, porque de verdad son estas formas de hacer tuya la que me da fuerzas para luchar por conseguir que todos nuestros paisanos y paisanas, crean en nosotros. Gracias Manuel.



EL HORTELANO Y SUS SEMILLAS

Sabemos que se acercan las elecciones, hablando con un amigo le dije; la única urna en la que tengo todas mis esperanzas puestas, es mi tierra que nunca me engaña.

Te lo dije aquella mañana de marzo cuando andaba sobre la tierra sembrando tomateras y maíz, “Mientras que con mis manos generosas de quien tiene la tierra en el bolsillo, más generoso, porque recolecto habas para regalarlas a mis amigos”.

Te lo dije porque por aquellas fechas empezaban las campañas de elecciones, yo ni sabía si eran generales, autonómicas  o municipales. Lo cierto es que yo veía todos los días los  informativos de televisión y en esos espacios se habla mucho, de que resultados saldrán  en las urnas, dentro de todas las opciones, bien una de izquierdas o una de derechas.

Fue por eso que mi amigo sacó la conversación y por eso mi respuesta a mi amigo que mis urnas eran mis semillas. Porque yo hacía unos días que por el cielo habían pasado los ánsares, con su alada ruidosa en geométrica posición, con dirección al norte de Europa.

Y con la tierra bien batida y también labrada, las tomateras estaban cogiendo sitio. Con una hozada mediana y con una bolsa de maíz amarrada a la cintura,  una cavada, unos granos de maíz, otra cavada y repetir los granos. Y fue entonces cuando mi amigo me pregunto como veía yo  el paisaje  político. Tarde  tiempo en contestarle, yo cavaba, echaba la semilla y tapaba lo sembrado. Y como si no le hubiera  escuchado le continúe hablando de maíz y de las tomateras, de mi tierra y mi agricultura. De mi tierra que nunca la dejo que pase hambre, la abono en su tiempo, le doy el hierro que necesita, la cavo hasta que con solo tocarla, se abre  a la siembra.

Y despues cuando la siembro  a seguir cuidándola, regarla, protegerla y mimarla. Pero si hay algo seguro, amigo por malo que sea el año, esta semilla me dará todo lo que pueda dar, mucho más de lo que yo la he dado a ella.

Yo como español abono con mis impuestos mi país, lo labro con mi trabajo, lo siembro con mi entrega y cuando yo eché en una urna la semilla de mi voto, unas veces no nació nada, otras sembré maíz y bastardeo en cebada, y otras para darme algo, me exigieron el sacrificio de la tierra, de mi trabajo y de todo.

No sé lo que haré, pero ahora  mismo el único voto que tengo seguro es la semilla y la única urna en la que tengo puestas mis esperanzas es en mi tierra. En esta tierra que no engaña,  si siembro trigo obtendré trigo,  si planto maíz tendré maíz.
Y apenas le dije eso a mi amigo, comencé a cogerle una bolsa de habas. “Toma porque yo se que a ti te gustan, al igual que a toda tu familia”.

PORQUE HOMBRES Y TIERRA  ES DE CIERTA HONRADEZ.

Gracias le doy a la tierra y a los hombres que la cultivan

                                                                              Manuel Blasco Fernández


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